¿Por qué no puedes calmarte? Claves neurocientíficas para entender tu sistema nervioso

El sistema nervioso no obedece a la lógica, sino a la seguridad

“Todo está bien, pero no me siento bien.”

Si alguna vez dijiste esto, no estás sola. Y no, no estás exagerando ni “siendo demasiado sensible”. Lo que sientes tiene una base real, corporal, y profundamente humana: tu sistema nervioso está desregulado.

¿Qué significa tener un sistema nervioso desregulado?

Nuestro sistema nervioso autónomo (SNA) es la red que regula funciones involuntarias: respiración, ritmo cardíaco, digestión… y también nuestras respuestas al estrés. Cuando has atravesado experiencias traumáticas (incluso aquellas que no recuerdas como "trauma"), tu cuerpo puede haber aprendido a vivir en alerta constante, lo que en neurociencia se llama hiperarousal o estado simpático dominante.

En palabras simples: tu cuerpo no se siente seguro, aunque tú racionalmente creas que sí.

No es estrés. Es trauma.

El estrés se resuelve con descanso. El trauma necesita regulación.

Cuando el sistema nervioso ha sido entrenado por años para sobrevivir en amenaza, no basta con decirte “relájate”.

Esa orden no llega al cuerpo. Tu amígdala cerebral, encargada de detectar peligro, sigue encendida, y eso te deja atrapada en respuestas como:

• Hipervigilancia

• Insomnio

• Tensión muscular constante

• Mente acelerada

• Dificultad para disfrutar el momento presente

¿Cómo empiezo a regularme?

La clave es el cuerpo. Y la regularidad.

No necesitas una rutina compleja, sino micro-prácticas que le enseñen a tu sistema nervioso que ya no está en peligro.

Algunas formas comprobadas:

• Respiración consciente (como el suspiro fisiológico)

• Movimiento somático suave (gato-vaca, balanceos, estiramientos)

• Anclajes sensoriales (presionar objetos, oír sonidos relajantes)

• Yoga sensible al trauma, una práctica que no impone posturas, sino que acompaña a reconectar con la seguridad

Tu cuerpo no está roto. Está tratando de protegerte.

Regresar al cuerpo con compasión y sin juicio es el primer paso para transformar tu experiencia interna.

No se trata de eliminar síntomas, sino de crear condiciones de seguridad que le permitan a tu sistema soltar la hiperalerta y recuperar la calma.

“La regulación emocional no es vivir feliz todo el tiempo, es saber volver a ti cada vez que te vas.”